El otro día fui con unos amigos a pasar la tarde por Gerona, ya que un amigo de un amigo de uno de ellos (yo) quería comprarse un rabo de goma nuevo y los que había en Figueres no le gustaban.
Una vez acabamos las compras, decidimos apalizar a un mimo y robarle el dinero que había recaudado para ir a tomar algo a un barecito que estuviese bien. El problema fue que tuvimos que correr bastante para ahuyentar a ciertas personas que les dio por perseguirnos sin motivo aparente. Cuando conseguimos despistar a la manada, estábamos tan exhaustos que entramos al primer local que se cruzó en nuestro camino. Tuvimos que salir al darnos cuenta que sólo vendían ropa interior femenina, no sin antes hacer unas compras.
Al llegar a la entrada de lo que supuestamente parecía un bar, entramos sin fijarnos en precios ni tonterías (invitaba el mimo), necesitabámos refrescarnos.
Al llegar a la entrada de lo que supuestamente parecía un bar, entramos sin fijarnos en precios ni tonterías (invitaba el mimo), necesitabámos refrescarnos.
.jpg)
Si. Ahí es dónde acabamos. No servían alimentos que te provocasen el nombre del bar, pero ahí dentro olía a "peo", los camareros estaban "sudaos" y el suelo tenía más mierda que el "pelo" de un rastas. Aunque pensándolo bien, si al pedir un bocata de tortilla te trean un trozo de pan con una zapatilla de estar por casa dentro... quizás los alimentos también alimentaban (valga la redundancia) la denominación del local.

1 comentario:
Lo bueno de apalizar a un mimo..es que no se le oye mientras grita!!!
Y en ese bar..lo qu ese come hay que vomitarlo a la salida en un plato para el siguiente!!!..no???
Publicar un comentario