29/7/08

QUE CALORCITO


No entiendo porque las empresas textiles malgastan el dinero en fabricar pijamas de verano si nadie los utiliza, todo el mundo por estas fechas duerme desnudo o en ropa interior. El problema está cuando duermes tranquilamente, suena el timbre y no hay nadie casa. Te levantas con el colchón pegado a la espalda, vas corriendo a la puerta con el sueño encima aún y abres:

- Buenos días, traigo un paquete, aunque veo que no soy el único.

El calor es insoportable, pero por las noches la gente se centra en los mosquitos. Hay gente que duerme encerrada en la habitación para que no le entren bichitos a molestarle mientras duerme, y claro… se empieza a generar un calor en esa habitación... que no es que se le quede el colchón pegado, sino que ahí dentro las cosas empiezan a flotar. Hasta se dio el caso de un chico que salió de su habitación envuelto en llamas y su padre, lejos de preocuparse, aprovecho para encenderse un cigarro. El resto duerme con la ventana abierta, la puerta, el techo, el armario (hay un par de chicos indecisos ahí dentro),… Y claro, no es que entren bichitos, hubo un chaval que se despertó con un rinoceronte al lado.

Durante el día son las moscas las que vienen a molestarte. Da igual que vivas en un vigésimo primer piso, siempre aparecerá una mosca cuando menos te lo esperes. Aunque te encierres siempre intentarán molestarte, sea desde fuera llamando al timbre o pegándole golpes a la ventana con un bate de béisbol. Tampoco importa la casa o el lugar donde estés, porque la mosca siempre estará volando a tu alrededor. Si sois tres, habrá tres moscas. Si sois ocho, intenta no agacharte.

El calor provoca que sudemos y en la calle es inevitable sudar, lo jodido es cuando estás con una persona del sexo opuesto con la que intentas quedar bien y empiezan a caerte gotitas. Hay gente que suda poquito y casi no se le nota, pero hay quien empieza a chorrear a lo bestia, le sale el sudor como el augua de una manguera de los bomberos, que incluso llegan a aparecerle tiburones y barcos de los poros de la piel. La camiseta acaba cobrando vida y al final ella acaba sudando también y, al llegar a casa, está tan rallada que se mete sola en la lavadora.

Luego nos quejaremos cuando estemos en invierno como una cebolla con siete capas de ropa, nunca estamos conformes con nada. El calor es lo que tiene así que… ui, me voy que llama el cartero a la puerta.