10/12/08

PABLO EL BOMBERO

Pablo de pequeñito era un niño bastante peculiar y divertido. Siempre salía a la calle con unos pantalones en la cabeza y una camiseta manchada de mayonesa preparada previamente. Le encantaba ir al parque con sus amiguitos y entretenerse con diferentes juegos junto a ellos. Todos se tiraban por el tobogán sentados, él lo hacía tumbado y con las manos en los bolsillos; todos tiraban piedrecitas al agua, él tiraba las zapatillas de sus amigos; todos daban de comer a las palomas migas de pan, él les preparaba un vaso de leche con madalenas,...

En la escuela era muy querido porque se portaba muy bien (o eso creían), por eso cuando pasaba algo, nadie sospechaba de él. Su hobby era tirar objetos por la ventana. Bolis, lápices, gomas, estuches,... cualquier cosa le servía, total, nunca le pillaban. Hasta que un día tiró al profesor y empezaron a sospechar de él.

Pero no os penséis que Pablo era malo, simplemente se aburría y buscaba distintas cosas con las que divertirse. Pero fue creciendo y las cosas empezaron a cambiar...

Empezó el instituto igual que acabó la escuela, disfrazado de mariposa. Era su manera de despedirse o de presentarse sabiendo que sería recordado por los demás. Durante los años que estuvo en el instituto, también trabajaba en una tienda de artículos de broma, por lo que no era extraño verle con nariz de payaso por la calle.

Al acabar los estudios correspondientes, empezó a trabajar de bombero y, a día de hoy, es el bombero más famoso de todos. Supongo que os preguntaréis el porque lo es, la respuesta es sencilla. Es el único bombero que va a apagar los incendios en bañador y en chanclas porque tiene calor y, sinceramente, no se le da nada mal.

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