GANCHITOS

Entra un cliente a la tienda avisando de que sólo viene a mirar. Uno de los trabajadores se dirige hacia él y le empieza a dar conversación. Su jefe le mira enfadado y le hace señas para que no malgaste su tiempo con ese tipo. Nada. El trabajador no se entera y sigue hablando con el falso comprador. Al jefe, cada vez más nervioso y malhumorado, se le ocurre la brillante idea de mandarle a algún sitio fuera de la tienda, así dejaría al hombre y haría algo de provecho:
- Ven aquí. Toma 2 euros, comprame un café y devuélveme el cambio.
- Vale.
Al irse el empleado, el jefe se empezó a calmar y le preparó diferentes cosas que hacer para cuando volviese. El cliente seguía merodeando la tienda. El tiempo pasaba y ahí no aparecía nadie. Nada de calma, otra vez resurgía el enfado, le manda fuera de la tienda y encima tarda. Cuando vuelva que se prepare. Y finalmente volvió:
- Por fin. Dame el café y el cambio.
- Toma el café.
- ¿Y el cambio?
- Me he comprado unos ganchitos
Acto seguido se puso a hablar con el mismo cliente de antes mientras se comía sus ganchitos.
No volvió a trabajar en esa tienda nunca más y aún se pregunta el porqué.