DOLOR DE CABEZA

Las farmacias son uno de los lugares más frecuentados en estas gélidas fechas. El motivo puede parecer obvio: compra de medicamentos para la prevención o cura de los habituales resfriados y catarros. Pues no. Aunque muchos lo crean, no es cierto. Al menos, eso no es lo que vi. El otro día al entrar en una farmacia constipado, lo único que me mostraron fueron teléfonos móviles. ¿Con esto se me calmarán los síntomas del resfriado? ¿Me lo ofrecen para que me cure solo y, si empeoro, llame a la ambulancia? Me extraña que una institución tan poderosa y conocida nacionalmente no tenga la decencia de quitar el cartel del anterior establecimiento. No hablo únicamente por mí, que entré a comprarme unos antibióticos y salí con un GPS, sino en general. Imaginad que esto pasase siempre. La confusión sería espantosa. Más de una vez he visto rótulos engañosos, parecen vender unos productos que luego no encuentras. No entiendo que pretenden. A mi no me van a engañar. Tengo un buen GPS por si acaso.